10 de octubre de 2007

Mis “orígenes ambientales”

Ayer fui al funeral de mi padre, Manuel Jesús Valencia Lazcano (QEPD). En la reflexión posterior a este hecho, de por si doloroso, necesariamente acudieron en mi ayuda los recuerdos de cómo él influyó en mi vida.

En reconocimiento a su legado, quiero rendirle un homenaje póstumo —ya que no tuve la oportunidad de hacérselo en vida— y contar que mis primeros acercamientos a la naturaleza, fueron en mi infancia, durante los grandiosos paseos a los que me llevaba, contándome de la flora y de la fauna. En su propio estilo, me decía que lo tradicional era que los niños llevaran sus hondas y con ellas apedreaban pajaritos o le tiraban a cuanto animal se cruzaba por delante, pero que yo tenía que respetarlos porque tenían tanto derecho como yo a la vida. A pesar que, yo también encontraba que tirar con honda era bien entretenido, desde entonces le tomé aversión a la caza y mi puntería mejoró, solo atinándole a blancos inertes. Ese sentimiento de cariño y respeto a todas las otras especies, se intensificó posteriormente al participar activamente en un grupo scout.

Siendo él mismo, un ávido y apasionado lector, “devorando” libros uno tras otro, desde muy temprano me inculcó el hábito por la lectura, haciéndome viajar con la imaginación por espectaculares paisajes… Y vivir miles de apasionantes aventuras… Recorrí innumerables países lejanos… Y conocí extrañas culturas, hasta ese momento desconocidas para mí… Resolví tramas intrincadas, identificándome con los personajes para resolver las situaciones más complicadas… Ninguna temática era vedada, transformándome paulatinamente, en un librepensador.

Aunque privado de su madre a muy temprana edad —cuando apenas contaba con cuatro años— a diferencia de mi formación prioritariamente matriarcal, poseía una enorme capacidad de dar cariño y solidaridad; y cada vez que fuera necesario acudía presto a los llamados de ayuda y se ofrecía como voluntario para colaborar en los casos de catástrofes naturales…

También recuerdo, con mucha claridad, cómo me enseñaba habilidades manuales transformando restos de madera y otros materiales en preciosas lámparas… o cómo podía ver mi sonrisa reflejada en la superficie barnizada de un anillo hecho con un cuesco de durazno…

Falleció solo, rodeado de muchos cachureos, que él juntaba en su afán de valorizar todo, porque nada había que desperdiciar. Mi hermano Jorge, durante el sepelio, mencionó que “nadie merece morir solo. Y que tanto la vida como la muerte deben ser dignas…”. Concuerdo plenamente.

En fin, soy lo que soy… gracias a lo que él fue… ¡Ése es su legado!

¡Papá, descansa en paz…!

3 comentarios:

Jorgito Riberón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorgito Riberón dijo...

Creo que se habia borrado

Hola Manolo!
Acabamos de leer tu blog "Mis orígenes ambientales". Es un lindo homenaje al Viejo. Me trajo recuerdos de la infancia que parecían olvidados, y me enteré de hechos que, por haber sido más chico, pasaron desapercibidos para mí.
Te agradezco mucho que los hayas compartido con nosotros.

Un abrazo de tu hermano que te quiere,
Jorge


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Saludos, Groetjes,

Jorge

Anónimo dijo...

Manuel:
Gracias, muchas gracias por compartir este hermoso legado, que se has guardeado celosamente desde la infancia...

Yo tambien ....al igual que tu, tuve mi formacion de pequeña de ser respetuosa y defensora de la madre naturaleza y de todos los que habitamos en ella, mi padre quien me acompaña aun ahora ha sido el pilar para seguir...

Se que no es un consuelo, pero hay recuerdos, palabras, situaciones que te acompañaran por el resto de tu vida... y una forma de mantener viva la memoria de este gran hombre (tu padre) es que sigas haciendo lo que haces... "SI EXISTIERAN MAS PERSONAS COMO TU, HACIENDO ESTA LABOR TAN BONITA DE CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE... ESTE MUNDO SERIA MEJOR..."
Suerte y animo...

Un abrazo,
Alejandra

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